Se instala en Nueva York en 1984, donde encuentra el lugar idóneo para desarrollar un nuevo lenguaje personal que aporta una nueva dimensión a la pintura. La superficie de la tela, imperfecta, monocroma a primera vista, contiene una gran carga poética, relacionada con la memoria y los recuerdos. La trabaja con diversas técnicas que le permiten dar a la pintura un aire casi escultórico: cortes, reutilización de telas de otras obras y objetos cotidianos que nos remiten a su vida personal, la inserción de una pintura en otra, la aplicación de luz, son algunas de las técnicas que aportan la multiplicidad de perspectivas necesaria según su visión. En 1992 participa en la Documenta de Kassel. Ha expuesto, entre otros, en el Guggenheim Museum Soho de Nueva York (1995), en el Museo Cantonale d’Arte de Lugano (1997), en el Museo d’Arte Contemporanea de Villa Croce, Génova (2005), y en el Museo Correr de Venecia (2008).
E.B.