
Carlos Garaicoa.
Toda utopía pasa por la barriga
La arquitectura, con la ruina como agravante y leitmotiv, ha sido el eje conductor de la poética de Carlos Garaicoa desde hace ya treinta años. No obstante, esta exhibición ha permitido reunir obras que, si bien no exclusivamente, al menos de manera constante, remiten a una preocupación por nuestro lugar en el orden natural. La pandemia y su encierro, trajo también para el artista un momento de introspección, una vuelta al dibujo y a obras en las que los elementos de la naturaleza se hacían más obvios y recurrentes. La atención se ha ido desviando, de los usuales elementos arquitectónicos, hacia la vegetación, representada en la imagen del árbol que crece y a la vez dinamita con sus raíces un edificio ya maltrecho.
Detrás de toda ciudad contemporánea hay un pasado -y un presente- de violencia, de atropello, de usurpación, que va más allá de las personas y que afecta a los animales desplazados y a las plantas arrasadas, se extiende al aire contaminado, a los recursos sobreexplotados. En las últimas décadas hemos ido tomando consciencia, insuficientemente aún desde luego, del catastrófico impacto de nuestro consumo desenfrenado, o lo que viene a ser lo mismo, de nuestra vida en la Tierra.
Se impone encontrar el modelo de coexistencia armoniosa entre el ser humano y la naturaleza, ya que, en los últimos dos siglos, nos hemos ido autoexcluyendo de formar parte de este concepto unificador por antonomasia. Naturaleza somos, actuemos como actuemos. No obstante, habría que encontrar un equilibrio entre estos seres humanos disidentes y el resto; entre ese mundo de la arquitectura protofuturista que tanto admiramos y la jungla.
Desde un microscópico virus hasta el final de la cadena alimenticia, la resistencia natural es un mecanismo de defensa extremadamente eficiente. Solo así se logra sobrevivir al bombardeo de antibióticos o al totalitarismo. El artista cubano-español Carlos Garaicoa comprende y capta estas señales con absoluta fidelidad. Adaptación y reclamo físico e intelectual, a partes iguales, constituyen la única fórmula posible.
Carlos Garaicoa nació en La Habana (Cuba) en 1967 y estudió termodinámica y posteriormente pintura en el Instituto Superior de Arte de La Habana (1989-1994). Actualmente vive y trabaja entre La Habana y Madrid. Junto a su esposa fundó el proyecto de residencias artísticas Artista x Artista en La Habana.
Garaicoa ha desarrollado un diálogo entre el arte y el espacio urbano a través del cual investiga la estructura social de nuestras ciudades en términos de su arquitectura. Emplea un enfoque multidisciplinar para abordar cuestiones culturales y políticas a través del estudio de la arquitectura, el urbanismo y la historia.
Entre sus exposiciones individuales más recientes destacan: «Toda utopía pasa por la barriga», Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), Gran Canaria, y Es Baluard Museu d’Art Contemporani de Palma, España (2024); «Ascoltare il volo degli uccelli» [Escuchar el vuelo de los pájaros], Rocca Maggiore, Asís, Italia (2024); «Oratorio», Oratorio San Filippo Neri, Bolonia, Italia (2022); «Soñamos en la superficie rayada de un cristal», Wellbeing Summit Week, Bilbao, España (instalación) (2022); «Partitura», PEM Peaboby Essex Museum, Salem, Estados Unidos (2021). Otras muestras personales han sido presentadas en SCAD Museum of Art, Savannah (2020); Lunds Konsthall and Skissernas Museum, Lund (2019); Parasol Unit Foundation, Londres (2018); Fondazione Merz, Turín (2017); MAAT, Lisboa (2017); Azkuna Zentroa, Bilbao (2017); Museum Villa Stuck, Múnich (2016); Nasjonalmuseet, Oslo (2015); CA2M Centro de Arte Dos de Mayo, Móstoles, Madrid (2014); Fundación Botín, Santander (2014).
Recientemente ha recibido el Premio PEM 2021 (Peabody Essex Museum, Salem, EE. UU.). En 2005 recibió el XXXIX Premio Internacional de Arte Contemporáneo – Fundación Príncipe Pierre de Mónaco y el Premio Katherine S. Marmor en Los Ángeles.