• Eugenio Dittborn, La XXVII Historia del rostro (Lejia), 2004 (detalle). Tintura, popelina, hilván y fotoserigrafía sobre dieciseis paños de loneta Duck, 210 x 2240 cm. Cortesía del artista. © de la obra, Eugenio Dittborn, 2024
Eugenio Dittborn, La XXVII Historia del rostro (Lejia), 2004 (detalle). Tintura, popelina, hilván y fotoserigrafía sobre dieciseis paños de loneta Duck, 210 x 2240 cm. Cortesía del artista. © de la obra, Eugenio Dittborn, 2024

Eugenio Dittborn. Pinturas Aeropostales

Inauguración: 30 de enero de 2025

Lugar: Espacio B

Las pinturas aeropostales son un híbrido entre carta y pintura. Tienen, por así decir, un cuerpo epistolar y un cuerpo pictórico. Eugenio Dittborn inventó este dispositivo en el año 1983 en Santiago de Chile, tras más de una década de experimentación sobre distintos soportes con técnicas extrapictóricas con las que buscaba desafiar la tradicional pintura de caballete. En aquella época, Dittborn empleó materiales como cartón gris, metacrilato, algodón, sacos de harina, tableros de DM y hasta el desierto de Atacama como soporte para su obra.

Las pinturas aeropostales fueron diseñadas para doblarse, meterse en un sobre y viajar a través de la red internacional de correo aéreo. Recorren de un lugar a otro el planeta en un ir y venir donde origen y destino se van desplazando constantemente. Todos los espacios donde las pinturas son expuestas son lugares de paso. Los sobres, que se exhiben junto a las pinturas, funcionan como una suerte de catálogo o bitácora en los que se incluye el nombre del destinatario, los sellos de correo, el título, la técnica, un texto de carácter descriptivo o poético y el itinerario de cada pintura.

Cartas durante el viaje y pinturas en el destino, las pinturas aeropostales exhiben en su superficie las marcas del viaje. En este sentido, los pliegues juegan un rol central en estos trabajos. Son la condición de posibilidad de la aeropostalidad que permitió a Dittborn conectarse con el mundo del arte internacional en plena dictadura militar. Las pinturas entraban y salían de Chile, burlando la férrea censura que en materia cultural había impuesto la dictadura de Augusto Pinochet. Al respecto, dice Dittborn, en conversación con Sean Cubitt, que lo político de sus obras reside en los pliegues de las pinturas aeropostales. «La aeropostalidad de mis pinturas como estrategia, opción material y astucia de arte: hacer pasar una pintura como carta, llegar infaltablemente a cualquier punto del planeta, vencer el aislamiento, la separación y confinamiento internacionales. Todo eso es posible por y desde los pliegues. El viaje, entonces, es la política de mis pinturas, y los pliegues, el despliegue de esa política».

Al llegar a destino, las pinturas aeropostales se despliegan y cuelgan ocupando una gran extensión de muro. Son pinturas de gran formato, como las tres que conforman la presente exposición en Es Baluard Museu de Palma. Al interior de cada pintura, entre sus pliegues, Dittborn incorpora una cantidad variable de elementos e imágenes provenientes de los más diversos orígenes: ficheros policiales, revistas de deportes antiguas, dibujos de esquizofrénicos, viñetas humorísticas, entre otras. Con ellas construye una suerte de contranarrativa que se aleja de la historia oficial y que, sin duda, puede leerse como un antecedente de las prácticas decoloniales que inundan la escena cultural de hoy.

La exposición «Eugenio Dittborn. Pinturas Aeropostales» es la primera muestra individual en España de uno de los artistas fundamentales del arte conceptual latinoamericano de los años setenta y ochenta del siglo pasado. La influencia de su obra y pensamiento visual ha sido clave para varias generaciones de artistas en el continente. Su práctica artística proyecta una profunda reflexión sobre los límites de la pintura, su materialidad, su circulación y los modos de entender las relaciones entre lo local y lo global, el centro y la periferia, cuestionando al mismo tiempo los discursos canónicos sobre identidad, origen e historia.

 

Eugenio Dittborn (Santiago de Chile, 1943), fue alumno libre de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile entre 1961 y 1965, trasladándose después a España y Alemania para continuar su formación en serigrafia y litografía. En 1971 regresa a Chile, donde reside desde entonces. En 1985 recibe la beca Guggenheim, otorgada por la Fundación Guggenheim de Nueva York y en el 2005 obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas otorgado por el Ministerio de Cultura de Chile.

Su trabajo ha sido objeto de numerosas exposiciones a nivel internacional en destacadas instituciones y bienales como: Museum of Contemporary Art, Chicago (2019); Migros Museum für Gegenswartskunst, Zúrich (2016); Liverpool Biennial, Liverpool (2012); Palais de Tokyo, París (2012); Museum of Modern Art, Nueva York (2012 y 1992); Bienal de Artes Visuais do Mercosul, Porto Alegre (2011); Sharjah Biennial, Sharjah (2009); Museo Serralves, Oporto (2006); Bienal de São Paulo, São Paulo (2004); Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid (2000 y 1994); Kwangju Biennale, Kwangju (2000); Museo Nacional de Bellas Artes, Santiago de Chile (1998); New Museum of Contemporary Art, Nueva York (1997); Centre Georges Pompidou, París (1996); Witte de With Center for Contemporary Art, Rotterdam (1993); Documenta IX, Kassel (1992), entre otras.

Su obra forma parte de colecciones en instituciones tales como: Museum of Modern Art, Nueva York; Tate Modern, Londres; Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid; Walker Art Center, Mineápolis; Museum of Contemporary Art, Chicago; Instituto Inhotim, Belo Horizonte; Museo Nacional de Bellas Artes, Santiago de Chile.

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31 de enero de 2025 → 15 de junio de 2025
Comisariado: Patrick Hamilton