TONI CATANY. OBRAS DE LA COLECCIÓN DE ES BALUARD

Con motivo del taller «Natura morta o la construcció d’una imatge», que el fotógrafo Toni Catany (Llucmajor, Mallorca, 1942) impartirá en Es Baluard, el museo presenta la exposición «Toni Catany. Obras de la colección de Es Baluard», que podrá visitarse del 21 de junio al 22 de julio.

«[…] De todo lo que veo en la naturaleza selecciono lo que me impresiona, lo que estimula  mis sensaciones. Hago pasar esta selección por el objetivo de la cámara, se registrará en la película y, después será ampliado con imaginación utilizando la técnica más adecuada.» [1]

De formación autodidacta, Toni Catany se siente atraído desde muy joven por la fotografía, y después de haber estudiado fotografía por correspondencia, consolida sus conocimientos técnicos a partir del año 1960, cuando se traslada a Barcelona para estudiar Química, ciudad donde además entabla amistad con otros destacados fotógrafos como, por ejemplo, Joan Fontcuberta, Humberto Rivas o Manel Esclusa. Comienza a trabajar de freelance en 1966 realizando reportajes de viajeros, labor que abandona para dedicarse a la fotografía artística.

En 1976 comienza a trabajar con el calotipo, y más adelante con la técnica de la Polaroid transportada, para experimentar con diversos géneros: el paisaje (los países del Mediterráneo especialmente), el desnudo, el retrato y la naturaleza muerta (estos dos últimos están presentes en las obras que forman parte de la colección de Es Baluard).

Desde 1979 goza del reconocimiento del público y del mundo artístico con las naturalezas muertas. Gran conocedor de la historia del arte y de la importancia de este género (reconocido desde finales del siglo XVII), domina la composición, e incluye con mucho ciudado otros elementos personales al lado de las flores (conchas, fotos antiguas, mariposas, estatuas, telas bordadas, etc.), captadas desde una visión frontal y en pequeño formato. Las primeras obras, realizadas sobre todo con flores y en color, se vieron influenciadas por su interés en Matisse, André Kertész, Visconti, Josep Pla, Blai Bonet…, hecho que confirma su postura de aprender del pasado para comprender lo que se hace.

El otro género destacado en la trayectoria de Catany y que podemos contemplar en las obras expuestas es el retrato. A partir de 1994, continúa con la búsqueda de la belleza para centrarse en el tema del rostro, se decanta por la fotografía en color, el encuadramiento basado en un primer plano y da mucha importancia a la posterior intervención en el resultado final en el laboratorio. Gente que se encuentra en sus viajes, bailarines (la danza es una de sus pasiones), personas anónimas por las cuales se siente atraído, aceptan posar para el y aparecen representados sin ningún artificio, normalmente ante un fondo neutro para captar el rostro y fotografiar lo real para ir más allá de la imagen misma y así transmitir sus emociones.

Actualmente, Catany trabaja con la fotografía digital, procedimiento utilizado en las obras expuestas. La tirada giclée es una técnica fotográfica reciente que consiste en la reproducción de una imagen digitalizada enviada desde un ordenador a una impresora de inyección, la cual le permite obtener un mejor resultado en la cuestión del color.

Ha sido galardonado con los siguientes premios:Premi Primavera Fotogràfica (1990), European Publishers Award (1997), Premi Nacional de Cultura de la Generalitat de Catalunya (2000) y Premio Nacional de Fotografía del Ministerio de Cultura español (2001). En 1990, el Gobierno francés le distingue con el título de Chevalier de l’Ordre des Arts et des Lettres.

[1] Borhan, Pierre; Catany, Toni; D’Hooghe, Alain. «Toni Catany. L’artista en el seu paradís». Barcelona, Lunwerg Editores, 2000.Catálogo  de la exposición realizada en el Museu Nacional d’Art de Catalunya.