Fecha: c. 1922
Técnica: Óleo sobre tabla
Medidas: 63 x 49 cm
Es Baluard Museu d'Art Contemporani de Palma, depósito colección Ajuntament de Palma
Nº reg. : 422
Obra no expuesta
La obra, pintada durante la primera estancia del pintor en el Port de Pollença (Mallorca), muestra en primer plano un pino majestuoso, de poderosas ramas, que se recorta sobre un fondo de mar, cielo y montañas. Predomina el color y la captación de la luz mediterránea con una pincelada rápida y densa.
Del paisaje mallorquín, Anglada sintió predilección por los pequeños rincones, los huertos familiares y, sobre todo, por los árboles solitarios, en especial los pinos —concebidos como símbolo de fuerza y lucha contra las adversidades—. El título de la obra hace referencia al poema de Miquel Costa i Llobera «El pi de Formentor» (1875), donde el pino se convierte en presencia humanizada que proclama un mensaje de afirmación vital y espiritualidad. Es uno de los poemas más representativos de la Escola Mallorquina y considerado el culmen de la poesía romántica en catalán. La inspiración se encuentra en los pinos arraigados en los acantilados de la península de Formentor (Mallorca), paisaje frecuentado por el poeta desde joven, quien así mismo conoció personalmente a Anglada-Camarasa.
E.C.