Martha Rosler (Nueva York) fue pionera en el uso del vídeo como herramienta de análisis social y político. Su práctica se construye a partir de una multiplicidad de lenguajes artísticos como la fotografía, el collage o la performance, y diferentes modos de activar el tejido social a través de la escritura o la docencia. Con la exposición «¿Cómo llegamos allí desde aquí?» se presentan una selección de trabajos (vídeo, fotografía y publicaciones) que permiten reflexionar en torno a una de las trayectorias más sólidas, coherentes y críticas de nuestros días.
Su compromiso político y su mirada feminista dan pie a una serie de reivindicaciones que siguen siendo exigencia de primer orden en nuestro mundo contemporáneo. Así mismo, Rosler ha estado presente en muchos de los conflictos a los que apunta, hecho que le ha permitido observar desde la cercanía y devolvernos imágenes testimoniales de distintas realidades, desde la Habana a Nueva York, pasando por México DF o Barcelona. Su trabajo, permite analizar cada contexto sociopolítico partiendo de condicionantes geolocalizados que, a su vez, nos conducen a una reflexión de la que se extraen metodologías y estrategias globales, engendradas en el seno de una sociedad neoliberal y patriarcal.
La exposición muestra las líneas de investigación desde las que se ha construido su trabajo: la política entendida bajo los intereses del poder, la jerarquía de clases, el imperialismo económico y el control social sobre el cuerpo de las mujeres.
Como indica el título de la exposición, se incide en la necesidad de tomar consciencia de nuestro presente a partir de la suma de acontecimientos que construyen el pasado, único modo de entender de dónde venimos. Sus obras se presentan como testimonios de ese tiempo que, en muchos aspectos, aún nos acompaña. A su vez, «¿Cómo llegamos allí desde aquí?» incide doblemente en esa multiplicidad de significados que albergan sus trabajos. Martha Rosler realiza un giro espacio-temporal y nos plantea cómo es posible cambiar de geografía y de época, y, en cambio, seguir generando imágenes que parecen formar parte de una misma localización, ¿pasado o presente continuo? Rosler, con la agudeza que la caracteriza acentúa el bloqueo y retroceso en el que se encuentran las sociedades contemporáneas.
De forma simbólica, se incide, también, en esa semiótica cotidiana que alberga el espacio doméstico. Lugar de reflexión, pero, también, de acción y transformación. En esta ocasión, a partir de sus performances y vídeos, nos acerca a una ruptura de mitos pero también de ritos, y reivindica la necesidad de deconstruir el espacio que ha sido impuesto a la mujer por la sociedad.
Desde ese hogar estereotipado por el sistema, Rosler conecta la vida que nos venden con la conducción de la guerra en el extranjero (en relación a los EEUU y a Occidente), algo que se hace patente a través de sus fotomontajes y vídeos. Reflexiona en torno a los cánones que cosifican a la mujer, pero también sabe señalar la mirada prejuiciada occidental sobre los cuerpos y realidades de otras latitudes. Nos sumergimos en múltiples contextos y nos acerca a un cúmulo de desigualdades e incongruencias que permiten que activemos nuestra capacidad crítica para poder establecer un nuevo horizonte desde el que pensar las sociedades del futuro. El objetivo es siempre poder señalar sin complejos a los enemigos de la democracia y así abordar los principales problemas que afectan al bien común.