Miriam Cahn
Recurso Abierto
Óleo sobre madera de formato mediano en el cual Miriam Cahn plantea un realismo subjetivo basado en la reinterpretación de la figura femenina, a pesar de que elimina cualquier signo de identidad. La artista nos alerta de una situación aparentemente peligrosa, una composición que ya ha tratado en obras anteriores. Las manos, como ella misma define, son su «instrumento de pensamiento».
Audio explicación de la obra
Actividad
Nivel recomendado: tercer ciclo de educación primaria y primer ciclo de educación secundaria.
A partir de estas reflexiones donde el cuerpo se convierte en algo que no nos pertenece y que pasa a hacer un servicio colectivo y sistemático, os planteamos que reflexionéis a partir de vuestras experiencias. El cuerpo cambia igual que todo, con el paso del tiempo, pero cuando somos más pequeños/as no somos tan conscientes de estas cuestiones. De repente un día nos hemos hecho mayores y el cuerpo ha cambiado de forma vertiginosa. Junto con estas lógicas más físicas y materiales se asocian otras más identitarias, siguiendo las ideas de Cahn. Esto conlleva unas relaciones con el cambio y la construcción de cada persona en sí misma, desiguales según el género y cómo a partir de este conflicto pueden aparecer complejos.
Por lo tanto, el foco lo pondremos en el complejo y el consiguiente rechazo que atribuimos a algunas partes de nuestro cuerpo que nos abocan a la segmentación de este y a la idea errónea de su objetivación. Tendríamos que empezar a pensar en nuestro cuerpo como uno único, desde los cuidados colectivos y la responsabilidad social del conjunto podríamos repensar el cuerpo como algo completo.
Los cambios de los cuales hablábamos en nuestro cuerpo y la objetivación de este en algo reproductivo, sobre todo en el caso de las mujeres, posibilitan la aparición de los complejos y por tanto la segmentación del cuerpo. Es por eso que la actividad gira en torno a estas partes, piezas que cambian y son discriminadas por nosotros/as mismos/as.
-Proponemos un diálogo con el alumnado sobre estos conceptos que podemos extraer de la obra de Cahn y compartir las inquietudes individuales en torno al cuerpo, los cambios y los complejos.
-Una vez reconocida la parte del cuerpo que no nos gusta o nos acompleja, pasaremos a remarcarla al estilo de Miriam Cahn como forma de empoderamiento. ¿Es realmente una parte de tu cuerpo lo que rechazas? ¿Qué no te gusta? ¿Es porque la comparas? Aquí empieza la primera parte creativa que consistirá en fotografiar este segmento corporal e imprimirlo.
-Por otro lado, en relación a la idea de asociar una parte de nuestro cuerpo a algo simbólico, como son las manos para Cahn su «instrumento de pensamiento», os planteamos; ¿qué parte de vuestro cuerpo os permite conseguir algo relacionado con vuestra forma de ser? ¿Cómo os hace sentir? También la fotografiaremos e imprimiremos.
-Para cerrar esta actividad, por un lado tenemos la parte más material y terrenal que no nos gusta, nos acompleja y por otra aquella que nos hace ser personas únicas y concretas y que nos gusta. Volvemos a las cuestiones del principio donde pensábamos el cuerpo como algo único y total. Dejar atrás esta mirada disociada del cuerpo es un proceso complejo que comporta mucho trabajo personal de gestión, pero es a partir de aquí que os planteamos que con estas dos partes creéis un retrato a través de la técnica del collage. Podéis elegir otros materiales para acabarlo y mostraros como personas únicas y completas.
Biografía de la artista
Miriam Cahn (Basilea, Suiza, 1949) vive y trabaja en Stampa (Suiza). Es una de las principales representantes de la pintura suiza contemporánea y pionera del movimiento feminista en la década de los setenta, una reivindicación desarrollada a través del dibujo, la película en Super 8, la performance, la fotografía, la pintura y, más tardíamente, la escritura. Entre 1968 y 1975 estudió grabado en Kunstgewerbeschule, hoy Schule für Gestaltung, en su ciudad natal. En 1982 fue invitada a participar en la Documenta 7, Kassel, pero retiró su trabajo después de estar en desacuerdo con la intervención curatorial. A pesar de sus actitudes outsiders, la artista ha sido galardonada con el premio Käthe Kollwitz (1998) y el Prix Meret Oppenheim (2005).